¿¡Qué tal!? Partir por saludar a
toda persona que llegue a leer esto y presentarme como corresponde (eso me lo
enseñó mi mamita desde pequeña). Para todos los efectos, y desde siempre, soy
“la rara-simpática-inteligente-medio disfuncional-dispersa-Marcia”. No quisiera
caer en autorreferencia pedante, pero me parece necesario dejarme conocer un
poco.
Si bien me gustaría en algún
momento dar mi testimonio de madre, como he visto bastantes, me parece más
interesante dar otro tipo de testimonio -uno más escaso- que creo puede ser de
bastante interés y utilidad para varios de los que deambulamos por este blog.
Tengo 5 hermanos y hermanas.
Somos 5 mujeres y un varón. Mi padre, un hombre muy exitoso en el campo laboral
es según algunos, “un romántico
empedernido”. Emocional y socialmente rígido, se ha casado con las tres mujeres
que ha embarazado, pero con ninguna de ellas ha logrado congeniar como la
sociedad espera.
De su primer matrimonio somos
tres hijas y yo soy la del medio. Con mis hermanas hacíamos la broma de
referirnos al papá como “dios”, porque siempre se comportó imponiendo su
voluntad, opinión, decisión y supervisión, como si fuera omnipotente,
omnisapiente y omnipresente.
Papá |
El papá es un tipo
estructuradísimo. Me besó una vez (sólo una vez en la vida) cuando cumplí 18,
no sin antes pedirme permiso; Expresa su afecto de manera práctica, velando por
que nada se salga de su control, “ocupándose, porque la preocupación no sirve
de nada”; se apega profundamente a las rutinas, todo tiene que mantener un
orden estricto, no confía en los cajeros automáticos ni las operaciones
electrónicas y en su casa construyó una pequeña habitación de 2 metros
cuadrados donde llenó una pared con ganchos, para guardar todas las llaves de
todos los lugares donde vive o ha vivido, todos los vehículos que tiene o ha
tenido, todos los candados que alguna vez pasaron por sus manos: todo en
perfecto órden cronológico y con la debida rotulación. En la muralla contraria,
una repisa con archivadores con todos los documentos (desde boletas de
verdurería, pasando por cuentas de servicios domésticos, hasta facturas de
negocios) debidamente catalogados y rotulados. El papá disfruta y necesita que
esté todo en órden.
El papá va al supermercado a las
8 de la mañana cuando está vacío y siempre al mismo local de la misma cadena,
porque “ése me lo sé”, dice. Sale a comprar ropa cuando siente que la que tiene
ya está muy gastada y no le gusta “vitrinear”, porque significa tener que estar
mucho tiempo en lugares atestados de gente: al papá le molesta el movimiento y
el ruido. Por esta razón, cuando necesita “renovar” guardarropas, va siempre a
la misma tienda, donde lo atiende el mismo “joven” –que ya no lo es tanto- que
sabe que si le va a ofrecer algo, tiene que tener en stock al menos 5 prendas
iguales en la misma talla. El papá sólo varía de atuendo cuando tiene que
vestirse para una ocasión que lo amerite.
En ocasiones espaciales, al papá
le gusta salir a comer. Siempre al mismo restaurant, donde toma la misma mesa y
se sienta en la misma silla, para que lo atienda la misma garzona, que no le
pregunta qué es lo que va a ordenar y sabe que le debe llevar una servilleta
extra para que limpie cuidadosamente los cubiertos y los vasos, del mismo modo
que lo hace cada día en casa. Al papá le gusta la atención de ese restaurant,
donde saben que deben alejar cualquier lácteo de su presencia, pues los detesta
desde pequeño y los huele desde lejos. Al papá no le gusta probar comidas
nuevas.
Del tercer matrimonio del papá,
que fue casi de urgencia en medio de una vacación en el extranjero, cuando se
enteraron de que estaban “embarazados”, nació mi único hermano varón. Un niño
gordo, rubio y rosado, la típica “guagua de campo” sanita.
Gonzo |
Gonzo no habló hasta que tuvo 3
años. Su primera palabra fue “NO”. Sin hablar, se desenvolvía bastante bien,
mostrando desde pequeño una fascinación particular por los objetos que giraban,
cono las aspas de los ventiladores, lo que hacía el orgullo del papá, que es ingeniero
eléctrico y por esos tiempos trabajaba en una central llena de aspas
gigantescas. A Gonzo le gustaba también ir a la plaza y perseguir eternamente a
las palomas. Ése parecía ser el único juego que realmente disfrutaba. Gonzo
tiene muy claro lo que atrae su interés.
Después de ser un niño
silencioso, Gonzo decidió empezar a hablar y no conforme con eso, deslumbraba a
todo el mundo de adultos que lo rodeaba con palabras grandes, haciendo el
orgullo de sus padres ya en edad madura, que veían con placer el elevado nivel
cultural del niño. Gonzo era un diccionario con acento de robot y disfrutaba
mucho de jugar en consolas y computadores. Hablaba casi igual que el traductor
de google. Gonzo es “tecnológico”.
Gonzo creció y ya es un joven en
su primer año de universidad. Eligió Geología y espera dedicar su futuro a la
investigación entre cuatro paredes. Gonzo es un solitario y lo disfruta.
Algunos dicen que el papá es
excéntrico y yo les creí durante mucho tiempo, pero no importaba, porque yo era
“la rara” y la niña de sus ojos.
Marcia y Tomás |
Tengo un hijo de 9 largos,
laaargos (a veces, demasiado largos) años, de nombre Tomás que ha sido mi
compañero durante el peregrinaje eterno entre neurólogos, psicólogos,
psiquiatras, chamanes, terapeutas alternativos
y cuanta cosa se les pueda ocurrir para averiguar cómo se llama esto que
pasa con un niño diferente como el mío. Hace cerca de un año recibimos un
diagnóstico que, por fin, hacía sentido: Síndrome de Asperger.
Ahora entiendo mejor a mi hijo,
lo amo más aún…y al papá, a Gonzo.
Me encanto como haz contado tu historia Marcia. Tengo un maravilloso hijo con SA; me pusiste a pensar, tienes toda la razon, mi padre tambien es muy meticuloso con sus cosas, y aprendemos a aceptar a las personas como son, pero todo mejora con un diagnostico... Saludos!!
ResponderEliminarQue quieres que le diga pues amiga... ME ENCANTO tu testimonio. Que rico es saber que estas mas tranquila con el diagnostico de tu hijo. Y mira de las cosas que se entera uno ;) ajjajaja. Un beso amiga.
ResponderEliminarExcelente... si no te conociera diría que le pasa a esta señora... jajaja... admiro tus escritos y mucho más cuando son parte de tu vida... dejas que muchas personas logren entender lo que ha detrás de esa marcia alocada, te prefiero así antes que aburrida y amurrada... eres grande y vida preciosa!!!
ResponderEliminarIdentificate, AHORA!!!, jajajaja
EliminarDurante y después de la lectura de este testimonio lloré mucho....y entendi muchas cosas.....y como conclución pienso que LA VIDA ES MARAVILLOSA.....un gran beso y un abrazo prima.....Rodrigo Orellana.
ResponderEliminarLa vida tiene muchísimas vueltas extrañas, primo, sólo para que podamos aprender y entender. Gracias, saludos!
EliminarGRACIAS POR COMPARTIR TAN ALEGREMENTE ESTO QUE PARA MUCHOS ES ALGO TRISTE Y QUE PROVOCA COMPASION, PERO QUE NO SABEN LO MARAVILLOSO QUE ES TENER A ALGUIEN QUE OBSERVA EL MUNDO DESDE LO MAS SENCILLO E INOCENTE.
ResponderEliminarGracias a ti. De verdad éste es precisamente el punto que quise tocar. Ser diferente no tiene nada malo, nada negativo, ni tiene por qué provocar tristeza, menos lástima de nadie. Somos afortunados de tener en nuestras vida a personas que nos ayuden a aprender a ver el mundo de manera distinta. Lástima por los otros que no pueden ver todos los matices que tiene el mundo; son esos colores los que divierten y alegran mi existencia :)
ResponderEliminarMuy buen y claro testimonio!!
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